PRESENTACIÓN
La
educación tradicional ha privilegiado el papel pasivo del aprendizaje de las y
los alumnos, el docente vierte contenidos y espera que el alumno de Educación
Superior los integre a su esfera cognitiva. Este hábito desarrolla la formación
del profesor pero no la formación del alumno. La enseñanza de la escritura a
nivel de educación básica suprime el interés y la intencionalidad comunicativa
del aprendiz y promueve la mecanización y la repetición, de tal forma el texto
dictado es impersonal y carente de sentido para el joven.
Como resultado de la enseñanza tradicional tenemos bajos
resultados de los alumnos evaluados en las pruebas utilizadas para medir las
competencias de comprensión lectora en el nivel de Educación Básica. Estos
resultados indican una limitada capacidad de los alumnos para hacer uso del
lenguaje:
La dificultad en la compresión y producción de textos acompaña a los
estudiantes durante su trayecto formativo.
Es común que en la didáctica tradicional, la alfabetización el pensamiento complejo y
crítico del alumno desde Morín (2000), pase
a segundo término y aspectos como el conocimiento de la función del texto, la
identificación del público potencial a quien se dirige el escrito, la
conciencia del alumno sobre la oralidad, el modo o forma verbal de acuerdo al
tipo de texto, las prácticas sociales del lenguaje escrito y la meta cognición,
sean soslayadas. En el caso de la mayor parte de los estudiantes que logran
accesar a estudios universitarios, arrastran por un lado las deficiencias en la
lecto-escritura, ingresan a un mundo nuevo en el cual el lenguaje científico y
la disciplina de que se trate tienen su propio estilo y vocabulario. Por tanto,
el lenguaje científico, requiere su propio espacio de aprendizaje. Por l8o anterior favorecer la participación del
estudiante en su propio aprendizaje y desarrollar su pensamiento crítico, le
permitirá indagar sobre las formas y funciones de los diferentes textos a fin
de producir los propios. La
práctica de la lecto-escritura requiere del conocimiento de la lengua y la
psicología, profundizar en los conocimientos disciplinares, así como
de la propia lecto-escritura. La lengua
aporta aspectos sintácticos y gramaticales, es decir la comprensión del texto
desde su forma; la psicología aporta el conocimiento de las habilidades del
pensamiento necesarias para comprender la lógica de los textos escritos y su
forma de producción y cada disciplina los contenidos y modos propios.
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